Con luz de hora tardía
La vida pasando ahora
Con levedad de vida tibia
Tus ojos fijos están.
La silueta que se arroja
Entre naufragas miradas
Que exhaustas a tus orillas
Llegan sin temer nada
A desvelados infortunios
Entre estas sinuosas fronteras
Que llegan desde tus manos
Que alcanzan mis laderas
! Que infortunio del pesar ¡
En la sosegada noche del cansancio
Aquí he de callar
En noche a mediada tempranía
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