miércoles, 5 de octubre de 2011

Romance de canto, vino y un recuerdo

 
¿Sabes? Las cosas cambian.
La noche entristece aún más que ayer,
la lluvia no parece lluvia ya.
El fulgor de tus ojos no es tan fulgor.
Tu corazón ya no es tan tu corazón.
Pero ¿sabes?, las cosas cambian… y se van.
Hoy los frutos vierten esperanza,
mañana…no lo sé.
Pero el sinsabor de un pasado
o el temblor de un cuerpo.
El alma que partió… partió.
¿Sabes?, ¿Qué sabes tú?
¿Qué sabes del te espero imperioso?
y ¿Qué sabes del te amo cardiaco?
¿Qué sabes tú de este jilguero?
Que desgarra, puntual,
al atardecer su garganta
entre sollozos y risas marchitas
sólo, solo punzando con más fuerza
esta alforza de carne e infierno.
¿Sabes? Ya que importa.
Si la luna no sale hoy
ha de ser por ser luna
y qué más da si hoy, si mañana
Me pierdo en el mundo
y queda, no más, que yo.
Ya que importa un pretexto más que otro.
Ya que importa el lucero del mar último.
Ya que importa que se desangre el cielo en mí.
¿Ya que importa? Porque, ¿y tú qué sabes?
Si el vino se vierte
entre los palpitares del solsticio.
O si me bebo, entre las curiosidades,
a mí mismo… (o al que pensaste ver)
y me pierdo para siempre en mis entrañas.
¿Sabes? Te preguntó si es que sabes,
pero no respondas… ¿Qué más da?
Si el vino me besa.
Si su brillo me seduce.
Si su resplandor me ahoga
en un dulce momentáneo.
Y si le seduzco, y le beso,
y me pierdo una vez más ahí.
¿Qué más da su traición?
¿Qué importa? Del vino sé lo que me espera…
Pero ¿Sabes? Qué alegría…las cosas cambian.

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